MONO CHORO DE COLA AMARILLA





Descripción general y características

El mono choro de cola amarilla, llamado así por el color de la parte interna del tercio bajo de su cola y por el mechón de pelos dorados que recubre sus genitales y que es algo más grande en los machos adultos -puede llegar a los 15 centímetros de largo-, es el mayor de los primates oriundos del Perú.
Esta especie puede llegar a los 60 centímetros de altura y su cola alcanzar una longitud de 80 cm. Es de complexión fuerte, de patas y brazos robustos y no muy largos. Su pelaje es de un color marrón oscuro lustroso en el cuerpo y blancuzco alrededor de la boca.

Comportamiento

El mono choro de cola amarilla se alimenta principalmente de frutos, pero también de brotes, hojas y flores de diversas especies del bosque húmedo, e incluso de líquenes e insectos y, en cautiverio, de granos como los del choclo.
Es de costumbres diurnas y se mueve en grupos hasta de 14 individuos entre los árboles, a una altura mediana del suelo. Su larga y fuerte cola es una quinta extremidad que le permite sujetarse firmemente de las ramas. Este primate suele andar en grupos en los que conviven varios machos adultos que practican la poligamia.

Hábitat

Su hábitat son los bosques de neblina entre los 1.500 y los 2.500 metros sobre el nivel de mar, en la vertiente oriental de los Andes.

Distribución geográfica

Es endémico de los Andes de Perú, en altitudes de 1.700 a 2.700 m. en los departamentos de San Martín y Amazonas.
Causas de disminución

Su situación es en extremo vulnerable, pues se calcula que su población no sobrepasa los 250 individuos. La caza con fines de consumo, pero sobre todo la depredación de su medio natural, son las causas de esta declinación que ha puesto a la especie en una situación de máximo riesgo.

Medidas de conservación

Existen dos áreas protegidas en el Parque Nacional del Río Abiseo y hay propuestas para más zonas, entre ellos en la zona de la cordillera por donde atraviesa el río Marañón.
El pleno del Congreso aprobó endurecer los castigos para delitos contra el ambiente y la piratería. De esta manera las penas han pasado de ser de uno a tres años a ser de tres a seis años de cárcel por tráfico ilegal de especies de flora y fauna protegida.



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